Su Susanimidad la Presidenta de Andalucía, Pasmo de España

Han bastado tres frases de cierto sentido común, aunque más vacías que un colador, para convertir a Susanita Díaz, Susana Díaz en un aparente remolino que va a solventar todos los conflictos internos y problemas por los que atraviesa el pseudosocialismo en España. O eso es lo que se creen algunos.

La ni-ni que lleva años viviendo de la política, colaborando con la política socialista en Andalucía, metida hasta las cejas en TODAS las acciones políticas, habla de que hay que «reconocer errores» (no dice cuáles),  que «hay que sentir con las familias» (ni un obispo), que «hay que estar con la gente» (¿para qué?).

Habla de la unidad de España (¿como destino?) y el orgasmo se extiende; alcanza todo el poder, y recibe los aplausos más universales de su público en una indecente muestra  de irresponsabilidad cívica.

Lleva dos meses al frente de un partido que NO ganó las elecciones últimas andaluzas y sigue considerando ideal la identificación entre Andalucía y el PSOE. Habla en un tono menor de Izquierda Unida (comprensible) y vuelve al «sentir de las familias».

Podrían hacerlo así

«Soy socialista y mujer». ¿Y? Y curtidos hombres y mujeres (de aparato) aplauden ensordecedores… ¡Trianera! (otro extraño mérito, nacer donde te nacieron)

Todo el poder para la Zarina, ha comentado un periodista, «¡todo el poder para Susana!». Vergüenza para cualquier persona este exceso de alabanza y de sumisión al poder personal. (Ahora pedidle al arzobispo de Granada que retire el libro…)

Avergüenza ver a gente seria (aunque queda poca, aún queda) arrodillarse de esta manera ante un fantasma… Feo queda ante una persona de carne y hueso, anda que ahora.

Le duele su tierra… Como si fuera  María del Monte, jajajaja, jajajaja, jajajaja… (Por no llorar).

Susanimidad la Presidenta de Andalucía…